Con Su ojo, no con el mío, porque nadie lo ve a Él, excepto Él mismo.
Ibn Arabi
Quiero subir a la cima de la duna y quedarme allí en silencio sin hacer nada, pero veo todas las sandalias junto a la entrada del contenedor-mezquita y no sé si se vendrían conmigo, si los filipinos y los pakistaníes me considerarían su hermano, si no rezo, ni me inclino, ni me descalzo, si mi oración no tiene dirección ni mi fe centro, si no tengo dios, ni libro, ni religión, ni nada. ¿Querrían convertirse en desiertos en el desierto, en luz naranja de risa y llanto, volverse viento y dicha en la arena, néctar, escalofrío, libertad...
Ibn Arabi
No hay comentarios:
Publicar un comentario