Si se ahorran las nueve horas de carretera casi siempre se salvan,
aseguro la camilla sobre los asientos plegados, el enfermero amarra al
paciente y cuelga la bolsita del suero, la pista iluminada en
perspectiva es un árbol de navidad sin regalos, el avión casi vacío se
aleja más rápido de las dunas y entra en la negritud, ahí está la
mariposa de -une los puntos del centro de Orión-, la Osa Mayor se ve
extraña tan erguida sobre el horizonte, como cuando va a luchar
o los zíngaros la emborrachan y la obligan a bailar encadenada, creo
que los sumerios la llamaban la pierna o el jamón, es nochebuena, no he
podido hablar con mis ancianos padres y a mis hijos nunca los llamo, las
luces de los campamentos y las antorchas de los pozos imitan en naranja
los mapas de estrellas por todo el Sahara, aqui una hora de silencio es
navegar por el nadir, fiesta y flor, miro con frecuencia hacia arriba,
siempre he soñado que los que me dejaron aquí, tan lejos, también
vendrían a evacuarme, el pasajero quejoso se salvará, hoy es su noche,
su noche buena...
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