EL VIEJO ANZUELO O UNA COSA POR LA OTRA

  Pro rebus, pro rebus, una cosa por la otra, no sabré nunca lo que significa lanzar un anzuelo semiótico en este tapiz brocado de los destinos cruzados ¿Nada puede ser lo que es, lo que parece a simple vista sin más?¿Tiene que ser todo el código criptomierda de una cosa por la otra? ¿En qué guerra estamos unos contra otros para enmascarar todos los mensajes retorcidamente? Me pierdo, me pierdo en el laberinto multicursal preñado de hipervínculos, de símbolos, de buñuelos barrocos de calabi-yau y algarabías de lo ambiguo, el campamento MLE tiene el mismo nombre que Dickinson, la nave que vuela es una nutria gemela, el amor es alba, cultismo alquímico de la blanca nada, sin problemas cantada por Guillermo de Aquitania, estos granos de arena siempre son galaxias llenas de mundos en el mareante Sutra del Diamanta Cortador, el Nirvana es para millones el grupo de un músico colocado y suicida... Al menos ese anzuelo que usaron hace cuarenta mil años en la Isla de Timor servía para algo, era arte limpio, bueno, bello, duradero y, sobre todo, eficiente alivio contra el dolor de la víscera hueca. ¿Era lo que era? 

Me temo que es imposible que un anzuelo sea sólo un anzuelo, todo lo que el hombre maneja y ama se carga de historias, de afectos, de mitos, se impregna de la mágica complejidad de la experiencia, se totemiza, se vuelve adorno, símbolo, mensaje y ofrenda para resucitar memorias, invocar espíritus, fabricar sueños, o se guarda como un pequeño e íntimo souvenir de un tiempo de abundancia.

RECETA DE BUÑUELOS CALABI-YAU

     Aunque no se entienda la ecuación del todo y de todos, se puede dibujar, modelar, incluso amasar y cocinar, empieza escuchando los hilos que unen a todos los seres, las cuerdas resonando en la nuez de cerebro nutty y sinestésico por Kaluza-Klein que van generando tubos y toroides de vibración viva, la música tesoro enterrado de la ciencia moral es la única que ni avanza ni se divulga, ahora extiende el finísimo y fugaz tapiz del espaciotiempo vacío, vacío y lleno, lleno y relleno de pliegues y repliegues sobre sí mismo, ahora añádele más dimensiones internas e invisibles, túneles, pasadizos, agujeros, los agujeros son muy importantes para que todo encaje supersimétricamente como en un presupuesto humano; para que los sueños sean ley y estas ecuaciones sean perceptibles al ojo humano habrá que fabricar al tiempo un colisionador de partículas votantes, así se cocina un buñuelo barroco de membranas energéticas de eso nunca se ha hecho antes, con influencia y deseos de influencia virtuosa imposibles de medir, con ideas minoritarias y revolucionarias que están contagiando la masa de las masas fritas con el virus M, de magia, misterio, matriz, y este programa de cocina se emite tranquilamente desde nuestro viejo palacio de la realidad de Nagarjuna diciendo que para quién el vacío es posible todo es posible, y solo por ser ciudadano se cobra, la teoría de los campos se va complicando si sigues la receta, la física subatómica nunca antes vista de las masas golpeadas y bien fritas se espolvorean en caliente con el azucar pacífico y cristalino de una nueva moral, el sabor final es de masa eléctrica con mucho spin, de física de estado sin miedo y borracho de conciencia, se puede rellenar con crema de votos sabios como paquetitos cuánticos de luz en esta oscuridad, podemos promete buñuelos de Calabi-Yau para todos y es hora de amasar.