Hubo ríos en Marte, amor, hubo atmósfera, hubo vida, hubo seres, y son identiquitos a los ouadis secos del Sahara; aqui habrá mucho trabajo evacuando a todos los extranjeros que tienen un miedo razonable, pero ya has escuchado al almuhecín cantando a la hora del cielo rosa, ya has visto la antena satélite, los gatos, las alambradas y la garita de la entrada, los poetas y los amantes recordamos lo sagrado mas de cinco veces al dia y entonces cesa el absurdo de la codicia y la violencia del mundo, y todo se revela como travesuras tristes y crueles de niños demasiado mimados o demasiado abandonados.
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