Waldeinsamkeit,
waldeinsamkeit, en la era de la exospección atontada y aturdida por el chaparrón
de millones de datos crudos que caen por tu pantallita o se reflejan en tus e-gafas, grita
waldeinsamkeit, soledad boscosa y exaltada que comulga con el programa
primigenio y natural, con mucho peligro para los poderosos, waldeinsamkeit
cargada de profunda introspección y reflexión en un bosque de datos manipulados,
árboles, calles o dunas, un poema de Emerson o Thoreau recogiendo una concha del suelo preguntándose cómo se debería actuar contra el gobierno,
Snowden, Manning, Waldeinsamkeit, cuando Hezarfen, el experto en mil ciencias
atravesó volando el Bósforo en 1638 recibió como premio mil monedas de oro del
sultán que poco después lo enviaría desterrado a Argelia, unos años después,
Legari, el primer hombre cohete sufrió el mismo destino sospechoso de brujería,
Hezarfen, Snowden, Manning, Waldeinsamkeit, date un paseo y piensa, o si te
paseas por pantallas hazlo lentamente, muy lentamente, mira lo bueno, lo malo,
lo superfluo y lo útil para tu especie, mientras eres leído y analizado por Prisma,
waldeinsamkeit o komorebi, esa luz solar filtrada por las hojas, por las hojas
de tu bosque…
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