LA TIERRA DE LA PIEDRA NEGRA


¿Querrían convertirse en desiertos en el desierto,
en luz naranja de risa y llanto,
volverse viento y dicha en la arena, néctar, escalofrío, libertad...

miércoles, 28 de noviembre de 2012

EL FRUTO DEL TEJO





     Rojo y dulce arilo del tejo, su semilla, su hoja, su tronco todos venenosos, pero un niño comió el fruto del tejo milenario de Santibañez de la Fuente, transparentes, dos calamares, transparentes amándose, hablándose con miles de cromatofor
os en la Bahía de los Piratas, los atravesé juntos de un solo arponazo, y también, también, como al caimán tranquilo muerto a machete una noche en una laguna del Barlovento de los negros santeros, porque sus ojos eran brillo rojo y redondo, como los frutos del tejo, agarra tu cuchillo-ira y penetra la sombra, devora a tu enemigo en la fiesta del sacrificio, solo hay un animal, solo hay un hambre, sangre dentro y sangre fuera, solo nos separa una falsa frontera más blanda que la pulpa del anacardo, y en amor curioso de lo de dentro, abro la puerta, me asomo y devoro, sangre fuera y sangre dentro, ahora somos uno, desnudo, vestido del color del fruto del tejo.

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