Los
Siete Mu‘allaqāt (المعلقات), poetas pre-islámicos denominados los colgados, los
suspendidos.
Dice la
leyenda que antes de la Fe verdadera, el Cubo estaba repleto de multitud de
ídolos y objetos extraños, y en sus paredes externas dejaban los poetas
beduinos las odas suspendidas, los poemas colgantes.
Imru-ul-Quais
hablaba así en uno de ellos:
Entonces
ella me dijo, "Juro por Dios que no tienes excusa para tu vida salvaje; no
puedo esperar a que tus hábitos pecaminosos desaparezcan de tu
naturaleza".
Y
Antarah:
Se
regocijaba la mosca aún estando sola,
de tal manera que no dejaba de zumbar,
así es el acto del cantar boracho.
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