LA TIERRA DE LA PIEDRA NEGRA


¿Querrían convertirse en desiertos en el desierto,
en luz naranja de risa y llanto,
volverse viento y dicha en la arena, néctar, escalofrío, libertad...

domingo, 28 de diciembre de 2008

LA PUERTA DEL DESIERTO



He intentado explicar con sinceridad mi trabajo en la nave, mi aislamiento casi absoluto en el Rub-al-Khali, lo que he visto o entrevisto en mis paseos por el desierto, y sobre todo lo que se cuece en la mente y en el pecho ante ese secreto que el yermo generoso le regala a cualquier visitante; pero lo que uno quiere decir, a menudo otro más claro lo dice. Ayer recibí un correo del amigo y poeta Eladio Orta, y sentí escalofríos, parecía que estuviera aquí conmigo ante la entrada sin puertas del desierto. Desde la arena y la retama de Isla Canela me hablaba una voz de pureza y de conocimiento que abre todas las puertas. Con profunda admiración, con él les dejo.


El poeta entra en el desierto, sin brújula, sin cantimplora, sin libro y sin cuaderno en la mochila. Si la poesía tiene una remota tarea es la de rebuscar en la nada.

Estoy ante lo inesperado. el desierto no tiene puerta por donde entrar, ni tampoco sabes que entrar es antónimo de salir. pero hay una flor oculta a la espera de florecer al paso del vuelo de una abeja extraviada.

Quién no tiembla no duda ni concibe el sudor frío ante las puertas del desierto.

1 comentario:

Antonio Martínez i Ferrer dijo...

Extraordinario el poema de Eladio, yo tambien me he estremecido.

Tus cortos relatos, se me quedan cortos. Pero recordando aquello del ahorro, me conformo con lo leido.

Un abrazo, Antonio.