LA TIERRA DE LA PIEDRA NEGRA


¿Querrían convertirse en desiertos en el desierto,
en luz naranja de risa y llanto,
volverse viento y dicha en la arena, néctar, escalofrío, libertad...

lunes, 15 de diciembre de 2008

PRIMERA CONFERENCIA ÁRABE SOBRE LOS DERECHOS HUMANOS EN DOHA, QATAR. ORGANIZADA CONJUNTAMENTE POR LA LIGA ÁRABE Y EL NHRC DE QATAR


Esta mañana había otra vez una sábana de niebla a rayas sobre el Rub al Khali, al rato cambió el viento y la sábana era a rombos, el horizonte sobre el desierto era una franja gruesa de gris difuminado y encima, una bóveda tan cercana y tan celeste que hacía daño. Tan claro estaba que se podía copiar el mapa de la luna, y antes de que se ocultara, mientras me bañaba en su Mar de la Serenidad, bendecía mi oficio y cantaba de nuevo supernormal operations. Un rato después apareció a estribor el turquesa que moja el norte del cuello de la península de Qatar. Entonces, justo entonces, nació este cuento sobre dos muchachos que se querían casar pero sus familias no se llevaban bien. El Declan y la Shari. El nombre completo de Declan es Declaración Universal de los Derechos Fundamentales del Hombre, y el de Shari, Sharia, Ley Divina.


El Declan y la Shari se quieren casar, y la cosa parece inevitable aunque sus respectivas familias se llevan fatal. Coño, empezamos con un ripio. Declan es un joven que se cree jipi y muy moderno, pero hay que reconocer que tiene muchas virtudes, es cultivado y sobre todo tiene buena intención, el problema es que no se entera de nada porque en muchos países no lo dejan entrar, y siempre está dando vueltas por el mismo barrio fino, y como Sidharta en el chalet de su padre no tiene ni idea de que el mundo es un océano de hambre, enfermedad, esclavitud, corrupción y miseria moral. Shari es una chica muy guapa y está cañón, aunque eso casi da igual porque siempre va de negro de la cabeza a los pies y lo único que enseña son sus ojos turquesas color del Golfo de Arabia. Casi siempre se porta bien, menos aquella vez que se escapó con Nancy Ajram y unas amigas, y estuvo dando vueltas por Beirut cuatro días con sus noches en un descapotable cerrando todos los garitos. Menos mal que un cirujano amigo de su padre le recosió el himen con un zurcido mágico y todo quedó arreglado. Dicen que debajo de la sábana negra lleva una ropa interior muy cara que se llama el secreto de victoria, o era de la victoria, no sé, yo compro la ropa interior en los veinte duros, ahora chino todoauneulo. La familia de Shari es muy antigua y muy hortera, no la dejan ni conducir, ni trabajar, ni destaparse la cara, ni hablar con nadie que no sea de la familia. Pero vamos al grano, los niños se quieren casar, se conocieron no sé si a través de bluetooth, diente azul, o de un chat. -¿Hay una función anti-ripios en Word?- Pero tampoco son idiotas y no se van a casar sin consentimiento para que los deshereden a dos bandas. Las dos familias tienen claro que la boda es inevitable , así que han quedado en el lujoso restaurante Doha, que es propiedad del padre de la niña, para conocerse un poco más, reconciliarse en lo posible y empezar con los preparativos. Una legión de camareros de todo el Oriente próximo y lejano corre desenfrenadamente para preparlo todo, velas, flores, cristalerías, cuberterías, mantelerías, hoy viene el dueño, Beduín Rey Rico, Bedu para los amigos, que también es dueño de la cadena de gasolineras más grande de la ciudad. Es rico, rico riquísimo y vive como un rey, el problema es que le debe un favor a un cura amargado, que se llama Uajabí, de cuando un abuelo suyo empezó a hacer fortuna, y el cura manda mucho y tiene muy mal genio. Dicen que a veces le dice lo que debe y no debe hacer, hasta tiene matones que Bedu le presta para contolar la moral y prevenir el vicio en la ciudad.El cura le ha cerrado todos los garitos a los evangelistas y le ha cortado las manos a los testigos de Jehová sabiendo que con el muñón es imposible darle a una sola tecla del porterillo electrónico, y al tocar muchas se creen que es publicidad y no les abren. Por otro lado,Bedu, para la cosa del papeleo y para que no le roben en las gasolineras es íntimo del Alcalde y del Jefe de la Poli-CIA desde que era un muchacho. También tiene su lado oscuro el Bedu, porque cuando un primo suyo lejano que se llama Talib An traficaba con heroína y le iba bien el negocio, Bedu lo invitó a comer a su casa y lo presentó en sociedad. A ese le llaman el estudiante, porque escondía la pistola en un libro, y está desaparecido desde que le quemó al alcalde la nave que tiene en un polígono industrial y le destrozó el chalet de la playa al director de poli-CIA. Al Alcalde y al jefe de la poli-CIA no les hizo ninguna gracia y casi le confiscan las gasolineras a Bedu, pero Bedu prometió darles mas talonarios de vales de gasolina y las aguas volvieron a su cauce. En realidad las cosas quedaron mejor aún para Bedu, porque las gasolineras que confiscaron al final fueron las de un competidor suto del otro lado del río que no tenía nada que ver con el asunto pero que era muy peleón y además no regalaba vales de gasolina a nadie. El alcalde y el jefe de poli-CIA son tíos del enclenque del padre de Declan, Woody,que es de buena familia, pero que últimamente está muy mal de dinero, y a Bedu no le gusta que su princesa se case con el hijo de un muerto de hambre, pero lo va aceptar, porque sabe que es buen chaval, y no le conviene contrariar a sus tíos, que también tienen su lado violento, macarra e impredecible. Woody, el padre de Declan, escribe guiones de películas muy filosóficas y no se come una rosca porque no le aceptan ningún guión que no tenga tiros y persecuciones, que parece ser una moda interminable. Ha pensado en pedirle a sus tíos que vayan a hacerle presión a Bedu porque piensa que más que un empresario es un mafioso peligroso y no quiere que entre en la familia si no cambia sus hábitos. Pero no se atreve, no porque sea un canijo y un pusilánime, que lo es, sino porque si se enfada Bedu le van a quitar los talonarios de vales de gasolina que de siempre le llegan a través de sus tíos,el alcalde y el director de poli-CIA. Y en el fondo no le gusta pedirles favores a sus tíos porque tienen unos calabozos muy raros donde ha escuchado que se hacen fotos con presos desnudos y practican un deporte que se llama water-boarding; Woody como es muy urbanita, no sabe muy bien qué deporte náutico sera ese. Los camareros del restaurante Doha no dan una porque les tiemblan las manos, los cubiertos están doblados y ya han roto catorce copas, y es natural porque si algo sale mal no les devolverán el pasaporte que está guardado en la caja fuerte de la gasolinera matriz, ni le pagarán los cuatro meses que les deben, y aunque la mayoría duerme en los cuartos de baños de las gasolineras (para que no ataquen las cámaras frigoríficas del restaurante), están contentos, porque por las mañanas se desayunan una bolsa de pan de molde mojada en un litro de yogur subvecionado, y hambre, lo que se dice hambre, la verdad, no pasan. El peligro está en que el cura los vea poniéndole un incienso a una estampita de Ganesh, entonces pueden rodar cabezas, y no es una metáfora. Bedu no sabe que ponerse, está nervioso, y a él hay pocas cosas que le quiten la paz, pero es que después de tantos años con el mundo a sus pies tiene que tragar, y se conoce, sabe que no siempre puede controlarse, y si lo estropea todo, el muerto de hambre de Woody, aunque es un don nadie, si se siente humillado o despreciado escribirá en el periódico de la ciudad lo que todo el mundo sabe pero nadie se ha atrevido a contar jamás.

Continuará...que hoy me he levantado a las cinco, pero mañana sigo con el siguiente capítulo de TENSA CENA EN DOHA

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